Eduardo Catinari

Se São Paulo é tão pródiga propiciadora de inéditos e singulares encontros, com as mais diversas e invulgares personalidades, despudoradamente desprovidas de qualquer imaginável interesse, oligofrénicos acéfalos carentes de quaisquer valores, princípios e meritosos objetivos de vida, igualmente nos sabe facilitar de improviso, o inaudito conhecimento de individualidades fascinantes, autênticos e valorosos caminhantes da existência, atrelados a uma bagagem imensa de notória e biográfica História pessoal.

Decidi partilhar e honrar este espaço, com a figura de um grande amigo meu, Eduardo Catinari, pintor, escritor, mulherengo incorrigível, charuteiro, bon vivant, amante dos reais prazeres da vida,

E companheiro de tertúlias infindas, abençoadas com a sua sagacidade e invariavelmente temperadas com a sua incontornável experiência e honestidade. Não obstante a idade cronológica do mesmo, distar em cerca de 40 anos, daquela que figura na minha identidade oficial, a simbiose humana que nos une, situa-se para além de qualquer condicionalismo ditado pelas diferentes proveniências, assaz distintos modus vivendi e característicos percursos pessoais.

Autêntica raridade no atual seio desértico da Humanidade, ao qual aludi no meu último e inaugural artigo, constata-se que o mesmo, depois de guindado ao sucesso e à berlinda nesse indecifrável e intolerante mundo/mercado da arte, se encontra agora invariavelmente negligenciado, nesta sua particular fase da vida, pelo não reconhecimento da sua obra e inconformadamente rica personalidade.

Decidi aqui publicar algumas fotos das suas obras ainda não vendidas e alguns trechos da dita crítica profissional, versando sobre  o seu trabalho, a título de meu singelo tributo e homenagem, áquela que tenho como uma minha enriquecedora amizade.

Eduardo Catinari,
Que o merecido sucesso, muito em breve, novamente lhe sirva como fiel e indissociável companhia .

Ricardo

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- Eduardo Catinari -

Pintor nascido na Argentina, em 1938.

Viveu em diversos países, inclusive na Europa, sendo que, durante o seu percurso profissional, criou, nomeadamente, cartazes para filmes do Glauber Rocha e Arnaldo Jabor; em Espanha, na década de 70, ilustrou as revistas Corpo Sano, Rompe Olas, e Bocage. Na França, ilustrou a prestigiada revista L´Express International, e a Management. Criou bandas desenhadas, etc, etc.

Em 1979, já em Sampa, fez a concepção visual e programação de um livro respeitante a aspectos da vida de Maria Bethânia, com fotos de Marisa Alves de Lima e textos do Caetano Veloso, livro este, que ganhou destaque na vitrine especial da Livraria Rizzoli, em Nova York.

Um dos maiores críticos de arte da América Latina, o argentino Rafael Squirru, chegou a dizer que as pinturas do Catinari, são dignas de Miró.

As suas obras, fazem parte de colecções particulares no Canadá, Estados Unidos, Portugal, Espanha, França, Argentina e, obviamente, o Brasil também.

"VIAGENS A TERRITÓRIOS INEXPLORADOS DA RAZÃO

Por Danilo Corci

25/10/2003

Os limites do representativo. Essa é, de certa maneira, uma das questões levantadas pelo argentino Eduardo Catinari em sua exposição intitulada "Viagens a territórios inexplorados da razão" no Centro Cultural Blue Life, inaugurado há somente três meses em São Paulo.

Nesta mostra, 36 telas com técnicas de acrílica e mista apresentam uma curiosa linha entre a razão e a imaginação. Em palavras do crítico de arte Celso Fioravanti, os trabalhos de Catinari "buscam um equilíbrio entre campos saturados de cor e símbolos que surgem aqui e ali e que pontuam a imensidão do espaço pictórico, como se ele representasse um campo para a eterna batalha entre a consciência e o inconsciente humanos. Suas telas trazem símbolos oníricos que lembram homens, animais, desenhos rupestres, caligrafias, geometrias, figuras antropomórficas, seres mitológicos e híbridos. São objetos não identificados que surgem em uma constelação de formas, linhas, cores e sentidos. A abstração faz fronteira com o figurativo.

Com curadoria de Lilian Heitor, a exposição do artista plástico lida com um incomodismo racional mas ao mesmo tempo inconsciente, talvez presente em toda a linguagem latino-americana. Sobre essa questão, diz Fioravanti, que escreveu o texto de apresentação da mostra: "Suas pinturas são impregnadas de um pan-americanismo utópico, presente na criação de grandes pensadores latino-americanos, principalmente argentinos, como os escritores Jorge Luis Borges e Julio Cortázar e o pintor Xul Solar. Catinari propõe viagens a culturas desconhecidas e territórios inexplorados da razão."

"Notas Artistas

Eduardo Catinari

Mágico y Cósmico. Revelaciones Interiores

por Daisy Peccinini

De las pinturas recientes de Eduardo Catinari emanan las mejores cualidades del artista contemporáneo: el alto nivel de complejidad conceptual y una escala muy amplia de recursos expresivos.

Su arte es una narrativa de percepciones que traen un universo mágico e ilimitado, captado en muchas experiencias y vivencias de este artista trotamundos, que transitó por los escenarios más diversos, desde el Caribe hasta el Sahara, con períodos de permanencia en París y Madrid, Río de Janeiro y Bahía, entre otros lugares.

Nacido en la ciudad austral de Bahía Blanca, en tierras argentinas, limítrofes con la Patagonia, cono sur del continente, lugares vastos aunque parcamente habitados. Territorio de los grandes silencios humanos y de las fuertes voces de la naturaleza, de inviernos de fríos extremos y de calores insoportables en el verano.

En esta ciudad de carácter inglés se crió el niño solitario en la casa de sus abuelos, rodeado del cariño y de la austeridad típicos de las familias italianas. Desde temprano su contacto con el arte de la pintura fue directo, ya que vivía con ellos su tío, artista. En el ateliíer de este pintor, situado en el primer piso de la casa, sintió desde la más tierna edad el olor de la trementina, los impactos visuales de los colores, de las formas y de todo el instrumental: pinceles, telas, papeles para dibujo, lápices y carbonilla, el mundo donde aprendió a dibujar muy temprano, a los 6 años. Y en los bordes de las telas alineadas escondió, en vano, sus primeras poesías, a los 8 años. La geografía humana de su infancia y adolescencia, transcurrida en este lugar, alejado del incesante bullicio de los grandes centros, le dio la posibilidad de desarrollar un pensar y un sentir solitario, al mismo tiempo independiente y autodidacta.

En busca de otros horizontes, el joven de 15 años, que vivía escribiendo y dibujando, abandonó a su familia para ir a Brasil, el país soñado como un paraíso desde su infancia, cuando veía los dibujos de "Zé Carioca". Se fue a vivir a Río de Janeiro, un verdadero contrapunto de su lugar de origen; era el primer paso hacia una vida aventurera que duró muchas décadas.

A lo largo del recorrido de su arte, que se iniciaba, Eduardo Catinari se destacó desde siempre por un dominio de todas las posibilidades del dibujo. Aplicó estas cualidades en proyectos gráficos, de carteles, en escenografías y campañas publicitarias. Su producción fue muy bien calificada por su gran capacidad de sí¬ntesis y de contextualización de la figura humana en su entorno.

El gran salto se produjo por el encuentro con las obras y el pensamiento de Walter Smetak, en Salvador a fines de los años 60. El contacto con la estética de Smetak fue decisivo, ya que este excepcional músico suizo, de origen checo, había atravesado un proceso de alquimia psicológica al estar en contacto con indios amazónicos y despojarse de toda la cultura europea, incluso musical. Smetak adopta la visión y sensibilidad chamánica de los indios brasileños que, a partir de entonces, orientará todo su proceso creador. Eduardo Catinari aproximó su sensibilidad a este universo smetakiano. La magia y la conciencia cósmica pasaron a ser las constantes en sus obras. Sumado a ello, una total y profunda identificación espiritual con Brasil, una adhesión y un compromiso que lo llevaron, en los años 70, a naturalizarse ciudadano brasileño. En su pintura, ese deseo de zambullirse en la sacralidad emanada de la tierra brasileña, hace abrir los portales de un ferviente imaginario y brotar, según palabras del artista, "nuevas y lúcidas imágenes interiores". Con redoblada actividad se empeñó en crear, estudiar y exponer, realizando muestras en Suiza y en Francia. En una progresión acentuada de despojamiento interior avanzó y cedió espacio en sus percepciones a los territorios mistéricos, ya sea del chamanismo indígena y africano, ya sea de la antroposofía europea. De ello resultan pinturas, a las que viene dedicándose exclusivamente desde 1984. Sin duda, la pintura es la modalidad del arte apropiada, pues los trabajos de Catinari demuestran lo que Leonardo da Vinci afirmaba acerca de la supremacía del arte de la pintura, pues, según da Vinci, todo puede representarse, lo visible y lo invisible.

Catinari se vale de la pintura para impregnar en la tela sus visiones interiores, enfatizando la percepción de lo sagrado de la tierra brasileña. En las composiciones sintéticas, favorece las texturas como para energizar la materia cromática y muestra un universo de seres extraños, estructuras gráficas y orgánicas; muchas de ellas inspiradas en los instrumentos musicales, creadas por Walter Smetak.

La luz, elemento imprescindible de las revelaciones interiores, también está presente y es determinante en sus pinturas, haciendo aflorar, siempre, las figuras y los grafismos simbólicos.

Despertando una increíble sensación, que sorprende y atrae, estas telas ofrecen flashes de la alquimia de la psiquis, pues visualizan otros espacios, otros tiempos, otras naturalezas. Por sobre todo, es obra sensible y original de un narrador de otros mundos, investigados en el espacio metafísico brasileño."